De cabuyas, tabacos, caballerías y otros demonios
Dentro de la excelsa herencia hispana, ápice del desarrollo de primer mundo del que hoy gozamos, encontramos lo que llamamos “medidas costumbristas” léase vara, fanega, almud, alzadas de caballo, fumadas de tabacos, caballerías, entre otras; que, como muchos de los activos de esta, hoy solo es un dolor de cabeza, que lo intensifica la incapacidad de materializar una solución.
Lo primero que hay que entender es que estas medidas surgen básicamente como respuesta a la necesidad de asignación de la tierra para desarrollo rural, en la época de la colonia principalmente, en ese entonces se determinaba a momentos desde la discrecionalidad del otorgante, el valor de cada una, por ello la complejidad de precisarlas para traerlas a la discusión actual.
En Colombia hoy no existe un mecanismo de conversión de las mentadas denominaciones, al sistema métrico decimal actual o bien sistema internacional unidades, lo que se realiza es un procedimiento de actualización de linderos en el IGAC, que nada tiene que ver con estos antecedentes.
Por decisión del Consejo de estado en Sala de consulta, le corresponde al INSTITUTO COLOMBIANO DE METROLOGIA, hacer la equivalencia con el sistema actual, como era de esperarse, pasaron los meses, conformaron un comité interdisciplinario, el cual nombró otra comisión, la cual a su vez requirió un nuevo comité que exhortó al que lo habia nombrado, para no concluir nada, por supuesto “si queremos que algo no funcione nombra un comité”.
Básicamente el INSTITUTO, le manifiesta al Consejo de estado, que se queden quietos, que esa es una papa caliente por la imposibilidad histórica y territorial en cuanto a distinguir por ejemplo entre medidas de capacidad o de superficie dentro de esas denominaciones por lo que, lo mejor es que se siga adelantando el proceso de actualización de linderos frente al IGAC en los territorios que presentan estas medidas; nada mas alejado de los fines del estado, máxime si se quiere adelantar la tan mencionada reforma rural, catastro multipropósitos, en fin.
Me disculpan los historiadores pero tengo la ligera intuición que los habitante de esta parte del globo terráqueo en época de la colonia, probablemente NO eran alienígenas, quizás tampoco seres excesivamente involucionados respecto a los de hoy, con algunas excepciones claro, para no lograr determinar un patrón en las medidas de mayor dificultad de equivalencia, es que esto hay darle alcance, aun haciendo una correspondencia presuntiva de algunas medidas, pero oficiales, para la complementación de la tradición del registro inmobiliario en Colombia.
Ahora, si bien se deben establecer por parte del estado la equivalencia de las medidas costumbristas con el sistema actual, estas conclusiones deben tener si, unas consecuencias diferenciadas, pues así como en muchos casos generan escenarios favorables para verbi gracia la solución de conflictos de titularidad y colindancia entre particulares o inclusive con el mismo estado, también es cierto que hay contextos en donde es mejor no aplicar esa verdad, los efectos si toca determinarlos según cada caso, con unas directrices ya estipuladas desde el estado claro está.
Es lamentable que se claudique en este esfuerzo, cuando inclusive el IM reconoce que en la actualidad la imposibilidad de conversión genera conflictos entre titulares en la Colombia rural, enhorabuena se insistiera en la conclusión de esta competencia que determinó el alto tribunal en cabeza del INSTITUTO DE METROLOGIA, mientras ello no suceda, solo nos podemos abstener de amarrar con cabuyas en coadyuvancia de nuestra caballería verde a cualquier inadvertido que fume sus tabacos de lo que existía y lo que no en la época de la colonia, del mismo modo en sentido contrario, en las zonas de tolerancia, que redondeando la cifra viene siendo el 99% de todo el país.
Excelente artículo. Como Historiador y Abogado avalo su visión del problema, que como muchos otros lo dejamos a un comité o como tema caliente, para el lunes que ya hoy es viernes …